Es un proceso estratégico de determinar dónde, cuándo y cómo se distribuirá el contenido o los anuncios para alcanzar a la audiencia objetivo de manera eficiente y efectiva.
Aquí no hay sitio para la improvisación. Se trata de poner cada euro y cada impacto donde realmente aporta.
Definición de KPIs claros: ¿queremos aumentar awareness, generar tráfico o conversión directa? Aquí se establecen los objetivos de comunicación y marketing, alineados con el embudo de ventas y con la fase del ciclo de compra del usuario.
A partir del análisis del público objetivo y sus hábitos de consumo, se realiza la selección de medios óptimos (paid, owned y earned) y los soportes concretos: programática, redes sociales, publicidad exterior, influencers o medios tradicionales.
Se elabora un media mix eficiente, distribuyendo el presupuesto entre canales y formatos con base en datos: CPM, CPC, ROI esperado o tasa de conversión histórica. El objetivo: maximizar impacto minimizando desperdicio, priorizando los canales con mejor rendimiento.
Aquí se diseña el plan de medios en el tiempo: cuándo entra cada fase, con qué duración, y bajo qué patrón (continuo, estacional o burst). El objetivo es mantener una frecuencia óptima de exposición y aprovechar momentos clave para la audiencia.
Se aplican métricas de alcance efectivo para analizar el rendimiento real de la campaña. La fase de post-test permite detectar puntos de mejora, redistribuir inversión en tiempo real (si aplica), y alimentar futuras estrategias con datos reales.
Detrás de cada impacto bien colocado hay análisis, estrategia y control. Todo lo que necesita una marca para hacerse visible en el lugar adecuado, en el momento justo y sin despilfarrar recursos.
La planificación de medios permite dejar de improvisar y empezar a tomar decisiones que suman. Porque visibilidad sin dirección, es ruido.
Definición de KPIs claros: ¿queremos aumentar awareness, generar tráfico o conversión directa? Aquí se establecen los objetivos de comunicación y marketing, alineados con el embudo de ventas y con la fase del ciclo de compra del usuario.
A partir del análisis del público objetivo y sus hábitos de consumo, se realiza la selección de medios óptimos (paid, owned y earned) y los soportes concretos: programática, redes sociales, publicidad exterior, influencers o medios tradicionales.
Se elabora un media mix eficiente, distribuyendo el presupuesto entre canales y formatos con base en datos: CPM, CPC, ROI esperado o tasa de conversión histórica. El objetivo: maximizar impacto minimizando desperdicio, priorizando los canales con mejor rendimiento.
Aquí se diseña el plan de medios en el tiempo: cuándo entra cada fase, con qué duración, y bajo qué patrón (continuo, estacional o burst). El objetivo es mantener una frecuencia óptima de exposición y aprovechar momentos clave para la audiencia.
Se aplican métricas de alcance efectivo para analizar el rendimiento real de la campaña. La fase de post-test permite detectar puntos de mejora, redistribuir inversión en tiempo real (si aplica), y alimentar futuras estrategias con datos reales.