
El fútbol y yo no somos precisamente mejores amigos. Lo sigo de lejos, en plan Eurocopa, Mundial o algún partido clave. Pero el otro día me saltó una notificación en Google de Reason Why (web que recomiendo a los marketinianos como yo para estar al día). El artículo tenía un titular que me llamó mucho la atención.
«Una camiseta de fútbol que desaparece o cómo Islas Marshall conciencia sobre la emergencia climática».
Y mira, aunque no sea futbolero, siempre he pensado que este deporte es un escaparate brutal para las marcas. No solo para vender, sino para lanzar mensajes potentes. Este es un claro ejemplo de publicidad con propósito, de esas campañas que van más allá del marketing y consiguen remover algo dentro.
Un país en peligro, una camiseta que lo dice todo
La marca deportiva PlayerLayer y la agencia BETC se unieron a la Federación de Fútbol de las Islas Marshall para crear una equipación especial: la «No Home Jersey», una camiseta que, literalmente, desaparece con el tiempo.
¿Por qué? Pues porque las Islas Marshall son el único país de la ONU sin selección nacional de fútbol oficial, y probablemente nunca la tengan. ¿La razón? El aumento del nivel del mar amenaza con borrar este territorio del mapa. Así, con una simple prenda, han logrado explicar un problema brutal sin necesidad de soltar cifras o discursos complejos. Un claro ejemplo de marketing social bien hecho.
Durante la campaña, la Federación compartió publicaciones donde se veía cómo la equipación iba perdiendo fragmentos poco a poco, hasta parecer un trapo viejo. Una metáfora de lo que puede pasar con estas islas si seguimos ignorando el cambio climático.
Además, el diseño no era aleatorio: tenía símbolos indígenas tradicionales y el número 1,5, que representa el aumento de temperatura global desde la era preindustrial. Un detalle pequeño, pero con un significado enorme.
¿Estamos haciendo suficiente?
Sinceramente, no.
No voy a dar la chapa con el tema de la sostenibilidad porque no soy el mejor en esto. Pero sí creo que todo suma. Y al final, de eso va la concienciación: no se trata de que una persona haga muchísimo, sino de que muchas hagan algo.
Porque si una sola persona actúa, el impacto es mínimo. Pero si 10.000 personas hacen lo suficiente, la cosa cambia. Lo ideal sería que todos diéramos el 100%, pero seamos realistas… somos humanos, y no siempre pasa.
Por eso, cada vez más marcas y organizaciones están apostando por el marketing social y la publicidad con propósito. Y no, no se trata solo de «quedar bien», sino de usar su influencia para mover conciencias. Al final, cualquier acción, por pequeña que sea, siempre será mejor que no hacer nada.
Y si una simple camiseta ha conseguido que hoy estemos hablando de esto, imagina lo que podríamos lograr si más marcas se sumaran al cambio.
Os dejo por aquí el vídeo : https://youtu.be/9nu5mnx8NAs